David es un joven que gracias a su afán por los videojuegos, conecta involuntariamente con el departamento de defensa americano y consigue ordenar el lanzamiento de misiles con la posibilidad de desencadenar en la III Guerra Mundial.
La máquina con inteligencia artificial que aparece en el largometraje se denomina WOPR y fue creada con el objetivo de elaborar estrategias de guerra y disparar misiles.
Hoy en día, las maquinas poseedoras de inteligencia artificial son capaces de interaccionar. Pueden establecer diálogos siempre y cuando se les aporte una palabra clave a partir de la cual consigan estructurar su respuesta. Asimismo, tienen cierta iniciativa basándose en una programación anterior.
Por otro lado, WOPR establece las estrategias bélicas al extrapolar los conocimientos de los juegos, realizando así un proceso de aprendizaje por refuerzo. Busca las mejores soluciones o alternativas y termina hallando cuales son los mejores resultados.
No obstante hay juegos, como por ejemplo las tres en raya, para los que la máquina no encuentra solución. Debido a este hallazgo, la WOPR llega a dos conclusiones. Por un lado, que en el conflicto bélico no hay ningún ganador. Por otro lado, para clasificar el juego, crea una nueva categoría: los juegos que no tienen solución -“la clave para ganar el juego es no jugar”-.
Bajo nuestro criterio, la primera de las conclusiones es posible actualmente. En cambio, consideramos que ninguna de las máquinas que poseen inteligencia artificial en el presente son capaces de crear nuevas categorías si no están programadas.
Cualquier máquina con inteligencia artificial inmersa en la sociedad tiene unas repercusiones políticas, morales, prácticas... La utilización de máquinas como la WOPR permite la toma de decisiones desde un punto de vista objetivo sin estar sustentado en unos valores morales. La falta de un criterio ético priva a la máquina de juicios subjetivos, como pueden ser la muerte de muchas personas, ya que para ella solo son porcentajes.
Esa misma objetividad que le evita sensibilizarse con las repercusiones humanas del lanzamiento de misiles, le impide poder frenar su programación del ataque. A pesar de que era sólo una simulación y de que posteriormente le rebatieron la orden. Por lo tanto, vemos como la WOPR no diferencia en entre el juego y la realidad.